lunes, 19 de agosto de 2013

Uzbekistán - Kazajistán - Rusia

8 de agosto, jueves. 590 km. Muynak- Beyneu.

Salimos temprano después de un desayuno desastroso, tan desastroso como el hotel. Dos huevos fritos (en aceite de algodón), té y pan duro. Si vuelvo, algún día, a Muynak seguro que acampo en algún lado. Por la noche, durante la cena, nos dimos cuenta que a los clientes del país les subían a la habitación (el salón solo tenía una mesa) plov con carne. En fin, un detalle bastante feo.


Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Regresamos por el mismo camino que el día anterior hasta Kungrat, allí comenzamos con nuestro periplo de búsqueda de gasolina. Primero vamos a varias gasolineras (como es lógico), en ninguna tienen, salvo en una que nos dicen que tienen garrafas (en el maletero de un coche). Tras regatearle el precio, pues de primeras querían 5.000 Som por litro, lo bajamos a 3.500 Som (2500 Som equivale, aproximadamente, a 1 €). Solo le quedan 10 litros, eso no es suficiente para nosotros para poder salir del país. Así que seguimos dando vueltas por la ciudad. Llegamos al mercado y vemos gente con botellas y garrafas de gasolina, preguntamos y no quieren vendernos nada para la moto porque dicen que es muy mala para nuestro motor. Ya llevamos casi 3 horas y, por suerte, damos con un chico que conoce a uno que puede tener. Después de una llamada nos llevan a la gasolinera, acordamos el precio (3.500 Som por litro) y en un coche llegan dos hombres con un par de garrafas. Por fin tenemos nuestro combustible, 25 litros de gasolina para llenar el tanque y recorrer 450 km de desierto hasta la frontera.


Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

A mitad de camino hacia la frontera, nos encontramos con dos motos alemanas que van dirección Samarcanda. Intercambiamos algunas palabras y, tras avisarles del problema de abastecimiento de gasolina, seguimos nuestra ruta.


Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Cuando llegamos a la frontera uzbeka, rellenamos rápido los documentos y nos hacen pasar delante de la gente local para el control de pasaporte. Al llegar al control de documentos del vehículo, nos topamos con un problema: en la frontera de entrada a Uzbekistán rellenaron el permiso de nuestra moto para salir el día 7, y estábamos a 8. En ningún momento nadie nos comentó nada de esta peculiaridad (en el resto de países uno entra y sale con el vehículo, y no ponen una fecha concreta para el transporte) y, pese a que comentamos la ruta y los días que permaneceríamos, nos pusieron un día menos. Seguramente lo hicieron para jorobar o porque son un poco incompetentes, no obstante, nos dijeron que no lo tenían presente y que siguiéramos nuestro camino. Tardamos unos 45 minutos en cruzar.

En la frontera kazaja tardamos una hora y media, y no tuvimos ningún problema. Al final, algún soldado quiso hacerse fotos con nuestra moto.

Cuando ya pensábamos que solo nos quedaba recorrer algunos kilómetros y descansar, nos encontramos con una "carretera" desastrosa hasta Beyneu. Pensamos que la moto, que había aguantado perfectamente todo el viaje, aquí se haría pedazos.


Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Llegamos a Beyneu por la noche, el primer hotel al que fuimos (el que teníamos en el GPS) no nos convenció y decidimos ir a ver otro que habíamos pasado antes, pero estaba completo; así que volvimos a este y ya nos dijo que no le quedaban habitaciones (no sabemos si era verdad o que se ofendió al no quedarnos la primera vez, no parecía una mujer muy sociable). Preguntando a la gente encontramos otro hotel, era el caro del pueblo, pero estaba estupendo. Decidimos coger la habitación y descansar, pues lo necesitábamos.



9 de agosto, viernes. 820 km. Beyneu – Astracán.

Desayunamos en el hotel lo que ya viene siendo típico: huevos fritos, aunque lo acompañamos con té, pan y mantequilla. Ya empezamos a estar cansados de tantos huevos fritos.

Antes de salir de la ciudad, como cada inicio de ruta, intentamos llenar el tanque de combustible, sin problema alguno, encontramos gasolineras que nos abastezcan. Decidimos ponerle de 92 octanos en lugar de 80, se lo merece. Con este combustuble la moto va genial, se nota fina y con mejor respuesta. Creo que los peores combustibles los hemos puesto en Mongolia y Uzbekistán.



Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

La carretera por la que discurre nuestra ruta es estupenda, aunque con nuestros neumáticos de campo no podemos rodar todo lo rápido que querríamos. 


Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Hoy estamos recorriendo muchos kilómetros y nos vuelve a tocar repostar, ahora encontramos gasolina de 95 octanos y decidimos llenar el tanque. La última vez que la moto funcionó con una gasolina de éste octanaje fue cuando entré en Rusia por primera vez, en junio.

Llegamos a frontera kazaja sin ningún problema, allí le pidieron a María los papeles de inmigración (los cuales no le dieron en la anterior frontera) tras explicarles que no se los dieron, le sellaron el pasaparote y no supuso mayor problema, a mí ni me los pidieron y la cruzamos en 10 minutos. La rusa fueron 15 minutos y ni se tenía que hacer el documento de aduanas.


Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Se pone el sol y llegamos a Astracán. Nuestra ruta pasa por un puente que está cortado y "gracias" a la señalización damos un rodeo por zonas oscuras y perdidas de las afueras de la ciudad. No es la primera vez (ni última) que sufrimos la escueta y mala señalización rusa. Después de un buen rato dando vueltas, llegamos al hotel reservado por booking. De nuevo volvimos a tener problemas, decían que no tenían Booking. Por suerte, unos clientes rusos nos ayudaron a solucionar el problema. Les tuvimos que enseñar la reserva en nuestro teléfono y vieron las fotos del hotel. Tras eso, nos mandaban a otro hotel de la zona. Los rusos, insistieron a la recepccionista que eso no es forma de trabajar y, al final, llamó al gerente o dueño del hotel. Como no les quedan habitaciones del tipo de nuestra reserva, nos dieron una superior pero querían cobrarla. Nuevamente, los clientes rusos, le indicaron que eso no podía ser así. Finalmente, conseguimos nuestra habitación. Eso sí, tuvimos que pagar un desayuno. Por supuesto, escribimos a Booking poniendo la consiguiente queja.




10 de agosto, sábado. 790 km. Astracán -  Rostov.

Antes de desayunar toca un poco de mecánica. Ayer notamos que la moto consumía más de lo habitual y creemos que es el momento de revisar el filtro de aire. Aún llevamos el que pusimos en Torremolinos, por lo que suponemos está suficientemente sucio como para poner el que tenemos de repuesto. Efectivamente, tenemos tierra en el filtro (seguramente de Uzbekistán y Kazajistán).

Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Después de un buen desayuno salimos a cambiar los neumáticos. Los TKC80 aún tienen vida, pero para rodar por carretera van mejor los Tourance que hemos llevado con nostros desde Ulán-Bator. Hemos recorrido con los TKC unos 10.077 km y se han comportado estupendamente. Encontramos un sitio para cambiarlo, por 100 rublos (2,5€) nos quitan los TKC y montan los Tourance. Un precio más que estupendo, teniendo presente que nosotros hemos desmontado las ruedas de la moto y los neumáticos no los han equilibrado.



Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Dejamos Astracán que nos parece una ciudad interesante, en un futuro nos gustaría volver para visitarla y continuamos por una carretera muy bonita, donde podemos rodar a una velocidad bastante buena (120 km/h, 130,...) gracias al cambio de neumáticos.


Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Decidimos parar para reponer energías a las afueras de Lietie, una ciudad importante, buscamos en varios sitios, y damos con uno donde hacen shashlik, pedimos unos de cerdo, con unas patatas asadas y unos super champiñones, amenizada con dos lugareños borrachos, que al principio eran simpáticos, pero no te dejaban comer y se volvieron pesados. Nos regalaron unos obsequios y luego nos pedían que si teníamos algún detalle para ellos. La comida no fue barata pero estaba muy sabrosa y las cantidades eran generosas.


Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.

Pincha aquí para ver a tamaño grande.Pincha aquí para ver a tamaño grande.


Continuamos nuestra ruta y al final, llegando al Rostov, había muchos camiones, que relentizaban la circulación, pero llegamos, hemos hecho unos 790 km, como es tarde y vemos un McDonals, compramos para llevar y buscamos el hotel, que resulta ser bastante bueno y muy cómodo. La ciudad, por lo que hemos podido ver, parece bastante atractiva y con mucha vida en la calle.