miércoles, 19 de junio de 2013

Lituania - Letonia - Rusia (Lunes, 17 de junio de 2013).

   Un buen rato antes de levantarme, ya estoy despierto, y es que por estas latitudes amanece sobre las 5 de la mañana (el sol se pone sobre las diez de la noche). Suena mi despertador y preparo las últimas cosas. Un buen desayuno en compañía de mis amigos, a base de un pastel salado formado por discos de masa de crepe e hígado y entre ellos mayonesa con cebolleta verde picada y eneldo; rico y llena bastante. Me despido de los padres de Veronika, que se han levanto para despedirme, y emprendo mi ruta hacia Moscú.

   La ruta discurre por una autovía entre zonas verdes, hasta que mi GPS Garmin decide no hacer caso de la configuración y llevarme por una carretera que a mitad de camino deja de tener asfalto. Se convierte en una pista con bastante gravilla, hace las delicias del deslizamiento sobre ruedas. Salgo de ella sin mayores problemas y con un considerable mosqueo, así que marco la frontera Rusa y que me lleve por la vía más rápida. En principio eso hace, pero en Letonia decide volver a obsequiarme con una carretera sorpresa. Quien hace los mapas para Garmin se olvida de decirles que, en ocasiones, se acaba el asfalto. Me encuentro en una “carretera” de 40km con 10 de asfalto y 30 de pista en buen estado, como ya queda poco para la frontera decido continuar. Un poco antes de salir, me para una patrulla de policía, me piden los documentos y mi motivo de andar por allí. Solo me entretienen 10 minutos. Continúo mi ruta hasta la frontera, allí tardo sobre 1h-1h30m en entrar. El trato es bastante educado, los hombres son algo más secos y las mujeres son muy amables, todos saben algo se inglés y no ponen trabas para hacer los documentos. Es emocionante estar en Rusia, al menos, haber cruzado la frontera. Lo primero que tengo que hacer es repostar, perfecto, la moto ha recorrido 580 km y ya ha saltado la reserva. Sorprende ver como el precio del litro de gasolina 95 vale la mitad que en España.

   Tengo que buscar alojamiento, así que sigo dirección Moscú e intento entrar en varias ciudades. En ocasiones, para llegar a algunas ciudades pequeñas desde la carretera principal hay una pista, como ya no son horas de hacer pistas, decido seguir hasta encontrar una ciudad a la que se llegue por carretera. Encuentro Velikiye Luki, marco un hotel en el GPS y me lleva al que supongo es el hotel caro de la ciudad. No me importa, he recorrido 750 km y necesito descansar y comunicar que estoy bien. Al poco rato se pone a llover.

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   Mañana debo llegar a Moscú, es una visita de rigor pues solo quiero ver la Plaza Roja.